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¿Puede la pérdida auditiva no tratada originar depresión?

La pérdida auditiva no se ve a simple vista, es progresiva y sigilosa; por esta razón es más difícil que las personas detecten su pérdida auditiva en sus inicios. Las señales más frecuentes que suelen alertar a la familia o seres queridos son: la dificultad en la comunicación, se les dificulta entender lo que ven en la televisión y tienden a subir el volumen, en ambientes ruidosos piden que se les repitan las cosas porque no entienden. Incluso existen personas a las que ya se les diagnosticó una pérdida auditiva, pero deciden no iniciar con su proceso de rehabilitación auditiva, por diferentes razones, entre ellas: vergüenza, negación o simplemente como no ven su pérdida auditiva, no creen que sea necesario una ayuda para escuchar mejor.



perdida auditiva y depresión


La pérdida auditiva aumenta el riesgo de depresión

La pérdida auditiva es una condición que afecta la capacidad de una persona para escuchar sonidos y comunicarse efectivamente. Puede ser causada por diversos factores, como la edad, la exposición constante a ruidos fuertes, enfermedades o lesiones. La pérdida auditiva puede tener un impacto significativo en la vida diaria de una persona, ya que puede dificultar la comunicación, el disfrute de la música y el seguimiento de conversaciones.

La depresión, por otro lado, es un trastorno del estado de ánimo que afecta la forma en que una persona se siente, piensa y actúa. Puede manifestarse como una sensación persistente de tristeza, falta de interés en actividades que antes eran placenteras, cambios en el apetito y el sueño, falta de energía y dificultades para concentrarse. La depresión puede ser desencadenada por diversos factores, como el estrés, la genética, los desequilibrios químicos en el cerebro o eventos traumáticos.

La relación entre la pérdida auditiva y la depresión puede ser bidireccional. Por un lado, la pérdida auditiva puede causar sentimientos de aislamiento y soledad, ya que dificulta la comunicación con los demás. Las personas con pérdida auditiva pueden experimentar dificultades para seguir conversaciones en entornos ruidosos, lo que puede llevar a la frustración y la retirada social. Esto puede provocar sentimientos de tristeza, ansiedad y aislamiento, que son síntomas comunes de la depresión.

Por otro lado, la depresión también puede ser un factor que contribuye a la pérdida auditiva. La depresión puede afectar negativamente la salud física en general, lo que incluye la salud auditiva. La falta de cuidado personal, los malos hábitos de sueño y la falta de ejercicio pueden tener un impacto negativo en la salud del oído. Además, algunos medicamentos antidepresivos pueden tener efectos secundarios auditivos, lo que puede agravar la pérdida auditiva existente.

Un estudio realizado por la Universidad de Manchester en el que participaron 74,908 personas, Estudio Longitudinal Inglés del Envejecimiento (ELSA), entre 2002 y 2017 publicado en Social Psychiatry and Psychiatric Epidemiology. Concluye que la pérdida auditiva representa un riesgo sustancial de desarrollar síntomas depresión en adultos mayores. El estudio también recoge que las personas que usaron audífonos para tratar la pérdida, dejaron de mostrar síntomas depresivos o disminuyeron de forma significativa. El uso de audífonos permite la recuperación de la capacidad auditiva, por lo que la persona afectada puede retomar de nuevo el control de su vida y participar activamente en la sociedad.

La doctora Dalia Tsimpida, directora del estudio mencionado apunta que:

“La detección temprana es el secreto en el éxito de todo proceso de rehabilitación auditiva; con la detección podemos identificar el tipo y grado de alteración auditiva, tomando decisiones a tiempo que evitaran daños a largo plazo, tanto a nivel cognitivo como a nivel emocional de la persona que la padece.»

De la misma forma que la doctora Dalia Tsimpida, incide en la importancia de la detección temprana de la pérdida auditiva, también lo hace sobre la necesidad de tratar la pérdida auditiva cuanto antes. Ya que una dificultad auditiva tratada evitará o disminuirá el riesgo de depresión.


Efectos psicológicos de la pérdida auditiva

La pérdida auditiva puede tener diversos efectos psicológicos en las personas que la experimentan. Algunos de los efectos comunes incluyen:

1. Aislamiento social: La dificultad para comunicarse y participar en conversaciones puede llevar a las personas con pérdida auditiva a evitar situaciones sociales, lo que puede resultar en sentimientos de soledad y aislamiento.

2. Baja autoestima: La pérdida auditiva puede afectar la autoimagen y la confianza en uno mismo. Las personas pueden sentirse menos capaces o menos valiosas debido a las dificultades que enfrentan para comunicarse.

3. Depresión y ansiedad: La pérdida auditiva puede ser un factor desencadenante de depresión y ansiedad, ya que puede generar estrés y frustración al tratar de entender y participar en conversaciones.

4. Fatiga mental: Las personas con pérdida auditiva a menudo tienen que esforzarse más para escuchar y comprender, lo que puede resultar en una mayor fatiga mental. Esto puede afectar su capacidad para concentrarse y realizar tareas diarias.

5. Irritabilidad y frustración: Las dificultades para comunicarse pueden llevar a sentimientos de irritabilidad y frustración, tanto para la persona con pérdida auditiva como para sus seres queridos.

Es importante tener en cuenta que los efectos psicológicos de la pérdida auditiva pueden variar de una persona a otra. Algunas personas pueden adaptarse y manejar eficazmente la pérdida auditiva, mientras que otras pueden necesitar apoyo adicional para hacer frente a los desafíos emocionales asociados. Es recomendable buscar ayuda profesional, como la de un psicólogo o un especialista en salud auditiva, para abordar estos efectos y desarrollar estrategias de afrontamiento adecuadas.

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